Cuando mucha gente piensa en el desierto ¡lo primero que se imagina son los cactus! Por supuesto que tenemos muchos otros tipos de plantas en nuestro desierto chihuahuense, pero los cactus tienen una sorprendente gama de formas de adaptación que les permite sobrevivir en los duros climas del desierto.

Imagínate un cactus barril con las raíces que forman una especie de malla que se extiende por el desierto y les permite absorber la lluvia al momento. El cactus tiene pliegues en forma de acordeón con los que pueden dilatarse para almacenar la mayor cantidad de agua posible y sus espinas no solamente lo protegen del sol y de los animales sedientos, sino también fueron usadas como ganchos para pescar por los indígenas americanos.

Algunas personas creen que el cactus barril tiene en su interior un enorme hueco lleno de agua, pero en realidad el liquido está almacenado dentro de los tejidos del cactus, por lo que aunque se le decapite no se podría obtener una ración de agua para beber. Estos cactus fueron utilizados para producir dulce pero se cosechaban a una rapidez mayor de su crecimiento dándose una sobreexplotación, por lo que comenzaron a escasear y con la pérdida de este recurso, desapareció también la industria de la producción de dulce del cactus.

Colaborador: Elaine Hampton, Colegio de Educación, la Universidad de Texas en El Paso.

El Diario del Desierto es una coproducción del Museo Centennial y KTEP, Radio Nacional Pública en la Universidad de Texas en El Paso.

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