| El magnífico desierto chihuahuense se extiende desde el suroeste de Estados Unidos hasta el estado de Zacatecas en México. Este desierto, el más grande de Norteamérica, cuenta con una diversidad de vida casi increíble, mucha de la cual no se encuentra en ninguna otra parte del planeta y aun así, dada la naturaleza de los desiertos, éste es altamente susceptible del impacto de la humanidad. Como tantos otros ambientes una vez considerados primigenios por los europeos emigrantes, el desierto es hoy en día un entorno natural que ha sido alterado por la interacción con el hombre durante miles de años. Desde tiempos de los primeros cazadores-recolectores indígenas que dependieron de la riqueza natural del desierto, hasta la época moderna, en que los constructores de ciudades explotan este ambiente natural en vez de convivir con él, el desierto chihuahuense ha sobrevivido y evolucionado. El Diario del Desierto explora la naturaleza del desierto como alguna vez fue, como es ahora y como será en el futuro. Acompáñenos diariamente para aprender acerca de las plantas, los animales, el paisaje y los humanos que han conformado el desierto chihuahuense.
Colaborador: Arthur H. Harris, Laboratorio de Biología Ambiental, Museo Centennial, Universidad de Texas en El Paso. El Diario del Desierto es una coproducción del Museo Centennial y KTEP, Radio Nacional Pública en la Universidad de Texas en El Paso.
Panorama del norte del desierto chihuahuense. Las montañas Órgano son prominentes, mientras que las montañas Sacramento aparecen a lo largo del horizonte al lado derecho de la foto. Las cuencas Hueco y Tularosa están al este (derecha) de las montañas Órgano y el valle del río Bravo está al oeste. Fotografía de Scott M. Cutler.
Traductores: Richard R. Ford y Genny Mooser. |